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Rafael Gomez | Games - Auteurs |
Los primeros pasos son difíciles, como viene siendo costumbre en la mayoría de los programadores, y la gran oportunidad llega cuando «Rafayo» toma contacto por primera vez con Topo. «Durante un año estuve trabajando a base de cásete en mi primer programa comercial, el maravilloso, genuino y original ¡Survivor!» A raíz de un anuncio publicado en varias revistas del sector, en el que solicitaban programadores con algunas promesas, mucha ilusión y su primer programa bajo el brazo, se viene a Madrid a finales de 1987, esperando obtener un empleo estable como creador de videojuegos. «Viendo que en Córdoba no podía dar de comer a mis niños — dice en tono jocoso—, me lié la manta a la cabeza y me vine a Madrid.» Se quita las gafas, se tapa los ojos con la mano derecha y exclama: «¡Me vine a la aventura!» Consigue el empleo, aunque no queda del todo satisfecho por los beneficios que le reporta la comercialización de su programa. «El asesor fiscal se fugó con mi dinero, así es que me quede programando otro juego, el grandioso, supremo y extraordinario «Mad Mix» —menos mal que se le acabaron los adjetivos—. En esta ocasión «Rafayo» tarda cuatro meses en terminar su programa, la metodología de trabajo ha cambiado y él explica los motivos de esta forma: «Cuando uno trabaja como «freelancer» puede recrearse en su trabajo. Recuerdo que cuando hice el «Survi-vor» me tiré más de un mes para que el «bicho» escupiera de un modo real. Eso, evidentemente, no podría hacerlo ahora.» «Mad Mix» resulta ser un éxito en ventas, pero «Rafa» sigue sin hacerse millonario y se lo toma... «Uno espera sacar un juego y retirarse, ir a las Bahamas, encender cigarros con billetes de 5.(XX) y vender más copias que el ¡Thriller! de Michael Jack-son y luego acaba yendo en metro al trabajo.» Sin embargo, y a pesar de las pequeñas decepciones, «Rafayo» se adapta rápidamente al nuevo sistema de trabajo y da forma a otra idea, «Rock'n Roller», que también es hecha a un ritmo trepidante. Y así, entre bromas y chistes, llegamos a su último trabajo, «Perico Delgado maillot amarilo». Debido al sistema de trabajo de Topo, nunca sabe con certeza cuál va a ser su próximo proyecto y está siempre pendiente de las exigencias del mercado. «Cuando nos dijeron que teníamos que hacer un juego de ciclismo, sólo sabíamos que las bicicletas tenían ruedas y que además éstas eran redondas. Empezamos a ver vídeos de ciclismo como locos y al final aprendimos muchas cosas sobre ese deporte.» «Rafayo» no pierde la esperanza de que su programa sea utilizado para que los futuros ciclistas se entrenen con él —la verdad es que no sé si lo dice en broma o en serio, porque a estas alturas resulta imposible distinguir una cosa de otra cuando habla—. Muchos de sus programas han alcanzado la fama, pero él no se lo tiene nada creído y dice convencido: «En realidad quien hace los programas es mi mono Felipe, un peluche sobado al que «Rafa» tiene un gran cariño; yo me dedico a jugar mientras él programa.» Pocas veces me he reído tan a gusto hablando con un programador. Sigue así y no cambies nunca. La vida puede ser tan graciosa o más como te la plantees. Amstrad Sinclair Ocio #6
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