| ★ AMSTRAD CPC ★ GAMESLIST ★ BACK TO THE FUTURE III (c) IMAGEWORKS ★ |
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Cuando el tiempo es un enemigo El Delorean viaja de nuevo en el tiempo. Saltar a otra época se ha convertido ya en rutina para Marty. Lo difícil es siempre volver a casa... La trilogía de películas Regreso al Futuro es por todos bien conocida. En esta ocasión, Doc se encuentra perdido en el Oeste Americano de hace un siglo y Marty se entera de que si no va a buscarlo pronto, morirá de forma violenta. Mejor dicho, ya ha muerto hace un montón de años aunque en realidad no haya muerto todavía porque no pertenece a esa época y si lo devuelven a tiempo a la suya no habrá paradojas temporales ni pasará nada de nada. ¿Entendído?. Si está la mar de claro. Así que el bueno de Marty se marcha al salvaje Oeste a rescatar a su amigo antes de que sea demasiado tarde. Comienza la aventura Al chiflado de Doc no se le ha ocurrido otra cosa que enamorarse de una mujer de aquella época, un amor imposible a todas luces. La acción se inicia cuando la carreta en que viaja Clara (la chica) se halla en inminente peligro de caída libre, vamos, que está a punto de despeñarse por un barranco. Raudo como el viento y cual llanero solitario a lomos de su fiel montura, Doc se lanza al galope (galopa el caballo, no Doc. Es que no sé si había quedado claro) por la desolada planicie del desierto sin importarle el calor ni los mosquitos, con la intención de salvar a Clara antes de que se pegue el batacazo. El camino está plagado de obstáculos y barranquillos ante los que el caballo frena en seco si no le hacemos saltar, forajidos que nos persiguen y tirotean, tomahawks que lanzan los indios con mortal precisión hacia nuestra cabellera y que hay que destruir de un certero disparo, y rocas y otros objetos contundentes que se esquivan agachándonos sobre la silla de montar.
En ciertos momentos de esta fase, la visión lateral cambia por otra cenital estilo Gun Smoke. Entonces nos vemos inmersos de lleno en una feroz lucha entre indios y soldados o forajidos y soldados en la que salir con un flechazo entre los ojos o un balazo en plena barriga es lo más fácil. De vez en cuando podemos recoger rifles que aumentan lógicamente el poder de disparo o forraje que atonta al caballo por unos momentos. Chocar contra cualquier obstáculo o recibir cuatro impactos significa una caída del caba-iloy, por consiguiente, una enorme pérdida de tiempo. Muchas pequeñas pérdidas hacen que no lleguemos a tiempo de evitar que la chica se despeñe. Marchando una de platillos voladores Enhorabuena. Hemos logrado que Doc salve a su amada de un bonito trastazo. Más relajados, Marty y Doc se disponen a disfrutar de una agradable estancia en la ciudad participando en el tiro al blanco de las barracas de feria, pero el malo de la película, y nunca mejor dicho, Mad Dog Tannen y unos cuantos amigotes suyos empiezan a hacer de las suyas. Sin más armas que unos cuantos platos, eso sí, de porcelana de la buena, Marty repele la agresión de los cinco camorristas. Cinco Colts del 45 contra una cuber-tería por muy fina que ésta sea no parece un duelo justo, pero así de duro y salvaje era el antiguo Oeste Americano. Recuerdo que una vez, en la batalla de Gettysburg... pero ésa es otra historia. Por suerte contamos con la protección de una férrea puerta de horno que hace las veces de improvisado chaleco antibalas. Si conseguimos liquidar a los cinco tipejos a base de estrellarles platos en pleno rostro antes de que perforen nuestra "armadura", nos veremos las caras con el propio Tannen. Cinco platillos bien dirigidos pondrán fin a las andanzas de tan desagradable sujeto en la fase sin duda más divertida del juego. Papá, ven en tren El Delorean tiene que alcanzar una velocidad de 88 millas por hora para poder saltar en el tiempo. Desgraciadamente, hace cien años no había gasolineras (aunque bien mirado, tampoco había huelgas de gasolineras), así que poner en marcha el coche con el depósito vacío requiere un poco de ingenio y algún que otro remedio arte-sanal. Un tren seguro que alcanza esa velocidad. ¿Qué tal si ponemos el Delorean atado a una máquina de vapor y aprovechamos su empuje?. Pues nada, dicho y hecho. Con los bolsillos repletos aún de platos, Marty se encarama en lo alto del furgón de cola de un tren de pasajeros, delante del cual marcha el De-lorean. Parece mentira que la gente, en lugar de viajar tan ricamente sentados en sus compartimentos privados, se dedique a pasearse por el techo de los vagones con el único objetivo de incordiar. Habrá que gastar los platos que nos traíamos de recuerdo a casa. Lástima de porcelana. Ya sólo unos cuantos ganchos para las sacas de correo y algún que otro facineroso nos separa de nuestro mundo y nuestro tiempo de clases de matemáticas, deberes, paro, delincuencia, contaminación, culebrones sudamericanos... ¿Pero porqué demonios tanto empeño en regresar?. MegaOcio |
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Page créée en 142 millisecondes et consultée 5672 fois L'Amstrad CPC est une machine 8 bits à base d'un Z80 à 4MHz. Le premier de la gamme fut le CPC 464 en 1984, équipé d'un lecteur de cassettes intégré il se plaçait en concurrent du Commodore C64 beaucoup plus compliqué à utiliser et plus cher. Ce fut un réel succès et sorti cette même années le CPC 664 équipé d'un lecteur de disquettes trois pouces intégré. Sa vie fut de courte durée puisqu'en 1985 il fut remplacé par le CPC 6128 qui était plus compact, plus soigné et surtout qui avait 128Ko de RAM au lieu de 64Ko. |
