★ AMSTRAD CPC ★ GAMESLIST ★ TEST DRIVE 2 (c) ACCOLADE ★ |
A100% | Amstrad Sinclair Ocio | Amstar&CPC | JOYSTICK |
Picarse con otro coche en la carretera es algo que escapa a cualquier mente inteligente. Claro que si estás jugando en tu ordenador, conduces un Porsche 959 y el que te adelanta es un Ferrari F40, lo comprenderemos... Los juegos de carretera, donde uno es el piloto más experimentado del mundo y conduce la mejor máquina del universo, son ventas seguras para los fabricantes de software. El mercado está inundado de ellos, unos mejores que otros, pero faltaba el que tocase el asuntejo del "pique", aquello de ir primero por el sólo placer de ver como el otro va segundo. Si incluimos unos cuantos coches de policía y tráfico abundante, tendremos un buen motivo para sudar y martirizar al joystick. En realidad es una aventura completa la que vivirá el jugador que ose montarse en el 959 y salir a la carretera. Como norma importantísima no hay que olvidar que los policías ponen multas que se descuentan del dinero que se tiene al principio, aunque es posible optar por hacer caso omiso a sus indicaciones de stop y tratar de huir. Si no se consigue, si nos alcanzan, la multa será más gorda y nuestro belicoso oponente aprovechará para poner tierra por medio. También podemos atropellar al agente que quiere pararnos, pero eso tiene dos inconvenientes: no está nada bien y se acaba el juego (ambas razones son de peso).
Hay que estar pendiente de un montón de cosas, lo que hace sumamente atractivo el juego: cuentarevoluciones, volante, detector de radar, velocímetro, distancia recorrida, reloj, palanca de cambio, espejo retrovisor, gasolineras, policías, coches que vienen de frente, coches que vienen de atrás y, cuidado, el Ferrari de nuestro oponente. Como todo esto es demasiado fácil, hay obstáculos, baches y estorbos que pueden llegar a destrozar la suspensión y la caja de cambios. La primera impresión que se tiene al cargar el juego es de estar ante un programa realizado para expertos del volante, en el cual uno se da golpes hasta estando parado. Con un poco de práctica tendremos el inmenso placer de comprobar como el coche anda y, ya en el máximo del paroxismo, que podemos tomar alguna que otra curva. Hay un momento terrible y desalentador cuando, tras muchas intentonas, creemos que circulamos a velocidad tal que ni un fórmula uno podría alcanzarnos; justo entonces nos adelanta un borrón que, en cuestión de segundos, se pierde en la lejanía. Exacto, era (suponemos) el Ferrari. Con más práctica hasta es posible que lleguemos a mantener un duelo con ese alocado conductor y, todo puede pasar en esta vida, ganarle. Dificililla está la cosa, que conste... Los gráficos resultan acertados, aunque algo espartanos. Pensando un poco se llega a la conclusión de que lo que no han echado en gráficos lo han echado en movimiento y nos quedamos suficientemente contentos como para seguir jugando. Los efectos de scroll lateral son suaves y sin sensación de saltos, lo cual se agradece porque sobresaltos ya nos suministra la competición más que suficientes. El sonido es monótono, cosa que esperábamos cuando nos montamos para hacer kilómetros por carreteras bien asfaltadas y, en su mayoría, rectilíneas. Los golpes contra los obstáculos de las carretera suenan realistas y contribuyen a hundirnos más en la miseria del fracaso.Aquellos que quieren poner más sal al juego pueden, allà ellos, seleccionar el cambio de marchas manual, opción ésta que nos encumbra gloriosamente hasta las más altas cimas de la histeria. Quemar un motor sin haber llegado a avanzar ni un par de palmos se convertirá en cosa de lo más corriente. Evidentemente han cuidado al máximo los detalles, no siendo difícil con algo de imaginación meterse en el juego y pasar horas y horas casi sin respirar (no está la cosa para perder tiempo). Los aficionados al volante se sentirán a sus anchas, haciendo todo tipo de diabluras y jugándose el pescuezo para que el Ferrari (¿qué se habrá creído ese?) no consiga llegar el primero a la meta, que está, por cierto, al otro lado del mundo como poco. Manuel Ballestero Santaolalla, ASO |
|
Page créée en 877 millisecondes et consultée 6361 fois L'Amstrad CPC est une machine 8 bits à base d'un Z80 à 4MHz. Le premier de la gamme fut le CPC 464 en 1984, équipé d'un lecteur de cassettes intégré il se plaçait en concurrent du Commodore C64 beaucoup plus compliqué à utiliser et plus cher. Ce fut un réel succès et sorti cette même années le CPC 664 équipé d'un lecteur de disquettes trois pouces intégré. Sa vie fut de courte durée puisqu'en 1985 il fut remplacé par le CPC 6128 qui était plus compact, plus soigné et surtout qui avait 128Ko de RAM au lieu de 64Ko. |