Unos gráficos impresionantes Crazy Cars II no es ni un juego innovador ni una maravilla de la programación; sin embargo, ofrece algo poco usual en los tiempos que corren, y es, ante todo, la calidad y esmero que caracterizan a la firma francesa Loriciels. El juego comienza con un magnífico dibujo que llena la pantalla del monitor en su totalidad y acompañado de una increíble digitalización musical. Si la primera parte del juego (Crazy Cars) pecaba de sosa y aburrida, esta segunda parte promete una interesante aventura con nuestro ordenador. Carreteras llenas de curvas y policías deseosos de ponernos el guante encima o, más bien, de destruirnos y salir al paso a toda velocidad. Los efectos de sonido, aceleración del coche y gráficos han sido mejorados de una forma increíble, hasta el punto de que llegamos a identificarnos con el juego. Subidas, bajadas, cambio de marchas o el scroll del paisaje rematan este Crazy Cars II como un juego interesante y perfecto, donde la originalidad queda desplazada a un plano secundario. Amstrad Sinclair Ocio |